miércoles, 4 de marzo de 2009

Cuestión de genero???


Cada uno sirve para lo que sirve. Todos tenemos nuestras virtudes y defectos y, contra esa naturaleza, no hay quien luche.


Yo, por ejemplo, no he nacido para seguir el modelo de 'señorita' que a mi madre le gustaría que fuera. A mi madre, como a cualquier otra, le gustaría que fuese la mejor pero me quiere como soy.


No sirvo para muchas de esas cosas que los prototipos unen con las mujeres.


Punto 1:- No me gusta ir de compras. No me gustan eso de mirar y remirar los escaparates. No tengo gusto. Entre unas cañas en una terracita al sol y un maratón de compras, me quedo con lo primero. Entre un maratón de compras y un partido de baloncesto, me quedo con lo segundo.


Punto 2:- No me gusta ir a la peluquería ni cosas similares. Paso a ver a Juanmi cuando cuatro dedos de pelo negro constatan que el tinte pelirrojo no es más que eso, un tinte. Sólo de pensar que tengo que esperar un par de horas a que me cojan, me tinten, me laven, me peinen, me sequen... Puff. Lo único que me gusta es la parte del masajito.


Punto 3:- Me he pintado las uñas de las manos unas... ¿cinco veces en mi vida? Me las como, tengo unas manos que parecen ancas de rana y poca paciencia como para emplear mi poca maña en estas cosas.


Punto 4:- No sé andar encima de unos tacones. Mi madre lo dice, parezco un pato mareado. Mis zapatillas rojas siempre han sido mucho mejor compañía que las botas de chupamelapunta o los zapatitos de tacón de aguja. Para eso, en mi familia ya está la guachuza.


Además, me pongo vestidos sólo en las bodas y ocasiones muy puntuales y, desde que a mi padre le ha dado por regalarme cosas de Desigual, llevo faldas. Pero vamos, tampoco son muy de señorita y, cuando me las pongo, mi madre sonríe como en las ocasiones especiales.


Punto 5:- No sueño con un ropero. No imagino vestirme de blanco para protagonizar una boda pomposa, no sé combinar muy bien los complementos y llevo el mismo bolso -pegue o no- hasta que lo echo a lavar y traslado todos mis trastos al siguiente por el orden estricto que marque mi desorden.


Cada uno es como es, que le vamos a hacer. No sé sentarme cruzando las piernas, no sé comportarme como una señorita, nunca llevo pañuelos de papel en el bolso ni uso paraguas (yo me mojo como los tíos, hombre ya!) y prefiero una barra de bar con una cerveza a una mesita con un té. Qué le vamos a hacer.


Y del anuncio de la foto, prefiero el frigorífico por el que gritan los hombres que el vestidor por el que suspiran ellas. ¿Qué haría con él si sólo tengo unos cuantos pares de zapatos? Con las cervezas sí sabría qué hacer.



Y para ver el anuncio, sigue este enlace



4 comentarios:

Anónimo dijo...

El género, querida Ruiz, no tiene cuestión.

Besos

P.D.: Yo también gritaría en el frigorífico, si estuviese lleno de gins... Ya sabes, la cerveza no me va.

María Ruiz dijo...

por tu pd, querida Mendoza, es por lo que siempre resulta conveniente ir a un bar. Así, que cada uno pida lo que quiera. Quizá sea eso, que el género no tiene cuestiones. bsos

Maripi Robles dijo...

vale; mery, yo me quedo con el ropero pero tu me invitas a unas cañas, trato?

Maripi Robles dijo...

el reloj de tu despacho va un poco mal, no? acabo de hacer el anterior comentario a las 0.35 y pone q son las 15.34???, tu despacho no tiene ni puerta ni hora!!!