lunes, 31 de marzo de 2008

Ver para creer


Así, de un vistazo rápido, ¿han notado algo raro en el logo de Coca-Cola?

Esta imagen se utiliza para demostrar que los sentidos nos engañan a cada instante. Nos engaña la vista, que nos hace leer Coca-Cola aunque no sea lo que aparece en realidad; nos engaña el oído, cuando nos ofrece una frase que en realidad nadie ha dicho pero que responde a lo que nosotros queremos oir; nos torea el gusto, cuando somos incapaces de distinguir el agridulce de un chino o la coca-cola del domingo mañanero nos sigue sabiendo a brugal. Y así... uno a uno nos van engañando todos los sentidos.

Luego está el sexto sentido, el que nos hace predecir que el chaval del otro lado de la barra te mira con un interés especial cuando solo está vigilando el futbolín que tienes a tus espaldas para echar una partida. Nos engaña cuando te obsesiona con la mirada amiga de alguien y piensas que no es un amigo... Así, una y otra vez, como si no tuviéramos bastante con que nos mienta la gente, para que los sentidos jueguen al mismo engaño continuo.


Aún recuerdo la primera clase que tuve con mi profesora de Comunicación Audiovisual -maravillosa, por cierto-, en la que nos puso un ejemplo práctico del poder de lo visual y las mentiras de los sentidos. Se puso a hablar a lo largo del pasillo de clase, explicando que el ser humano no se fía de sus sentidos. Contaba algo así como que "la comunicación audiovisual tiene más credibilidad porque juega con dos sentidos, y siempre resulta más complicado que dos personas te engañen hablando del mismo tema".


Entonces, cuando en su caminar había sobrepasado la última fila de alumnos -en la que yo me sentaba-, levantó una silla y la dejó caer. Todos lo oímos, pero también todos nos giramos para 'verlo'. "Un ejemplo de comunicación audiovisual. El ruido era claro, una silla que se ha caido. Pero todos habéis desconfiado".


La vista nos engaña, el gusto nos despista, el jefe nos convence, la gente no para de mentir. Porque nos dejamos. Y lo extraño es que, cuanta más inteligencia tiene una persona, más mentiras visuales acepta. ¿Paradójico? Es la parte artística, la belleza, de una mentira: los efectos ópticos.


Al final, siempre nos queda la frase del 'ver para creer'.



viernes, 28 de marzo de 2008

FELICIDADES GUACHUZA!!!



Hoy cumple 19 añazos. Se ha cortado el pelo, se lo ha tintado un pelín rosa y retira esta tarde una exposición de fotos que ha tenido en la Feria de Muestras de Armilla. Mi hermana pequeña, mi guachuza, celebra su cumpleaños.


Se encargó hace 19 años de convertirnos en familia numerosa cuando mi hermano y yo ya nos habíamos acostumbrado a ser dos. Me quitó el puesto de la pequeña de la casa, se ha quedado con los muebles de mi cuarto, disfruta del pisito arreglado de Granada y cambió de manera radical mi relación con mi hermano porque dejamos de ser dos.
Mi guachuza quiso dejar claro desde el principio que es especial, que tiene algo único, que marca el terreno. Tiene un ojo de cada color, un genio de narices, mucho talento y demasiadas cosas aprendidas para los 19 años. Ha sido mi estorbo, mi tormento, mi juguete, mi responsabilidad, mi amiga, mi ruina, mi esperanza y, sobre todas esas cosas, es uno de mis motivos para sonreir cada mañana.
Ordena mi despacho cuando está de visita, me frena cuando estoy a punto de cruzar en rojo un semáforo, me mosquea y consigue que se me olvide a una velocidad que nadie más logra. Me deja despierta los viernes por la noche, en el sofá, haciendo exactamente lo mismo que yo reprochaba a mi madre.
Escucha la música que yo ya había olvidado, va a los bares que antes eran mis bares y no para de crecer. Me da lecciones de madurez hasta hacerme pensar que ella es la hermana mayor y yo la pequeña, me atormenta con sus broncas, me da clases de maquillaje y de estilismo y, a pesar de todo eso, me soporta y me quiera tal y como soy.
Se ha convertido en mi copiloto -dormido, pero copiloto-, en las escapadas veraniegas y me echa crema en la espalda cuando me achicharro. Me llama 'prenda' como nadie y ya ha dejado de darme toques para que la llame para gastarse su propio dinero.
Es aborrecida como nadie cuando quiere -a veces, también sin querer-, tiene el ojo clínico para juzgar a la gente que a mí me falta y, aunque con broncas, siempre me consuela cuando me equivoco. Es valiente, es inteligente, es lo mejor que me ha pasado. Y hoy es su día.
PD: Hoy preguntará una y otra vez eso de "¿Y qué me vas a regalar? ¿Me has comprado algo? ¿Me quieres más que a nadie?"
He pensado en regalarte algo que te guste, que tu hermano y yo ya tenemos gracias a tí y que tú nos pides cuando hace falta. Ahora, compartimos algo más los tres. Cada uno de un color, pero iguales. Espero que lo disfrutes. bsos guachuza

martes, 25 de marzo de 2008

...Y mi ordenador trabajó solo


Me dejo sorprender. Me gusta que ocurran cosas de esas que te dejan con los ojazos abiertos y se llevan todas las palabras que has aprendido a lo largo de tu vida. Me encanta asistir en primera persona a esos momentos en los que no puedes decir nada porque no te terminas de creer lo que estas viviendo. Me encanta, siempre que sean cosas buenas.

Con el mundo de las nuevas tecnologías lo tengo sencillo porque soy torpe. Me fascina que pueda darle al teclado minúsculo de un aparatejo, marcar un puñado de números, y que a mi madre le llegue un 'sms' para que no olvide que la quiero. Me fascina que al pulsar el botoncito del cuatro en la fotocopiadora, la puñetera máquina haga las copias del dosier de prensa todas las mañanas y, además, me las dé ordenadas y con grapa incluída.


Me sorprende Internet, me fascina la magia de la radio y me dejan atontada todas esas cosas que la gente sabe hacer con las nuevas tecnologías. Reconozco, sin embargo, que lo que aún me deja más helada es el fax. Me ha pasado siempre, quizá porque nunca he entendido el mecanismo, y ahora ya no quiero romper el encanto investigando.
Sin embargo, y aunque miro con cierta perplejidad relajante todos los avances tecnológicos -y lógicos, como explica el palabro-, hoy he pasado hasta miedo con esto de Internet. Me explico:

Estaba en mi despacho, con un compañero, probando un sistema de envío de 'sms' masivos para el Ayuntamiento. El compañero hablaba con el técnico del programa que estaba, nada más y nada menos que en Zaragoza. -"Entra en la web pulanito de tal -y yo entro-... descargate el programa cual... -y yo que me lo descargo-, pincha no se donde -obedezco-... Y en ese momento, el puntero del ratón empieza a moverse solo. He pensado 'joder, se está quedando sin pilas'. Entonces, mi compañero empieza a decirle al de Zaragoza su número de móvil y empieza a escribirse en mi pantalla.

El de Zaragoza me ha cerrado el correo electrónico, ha minimizado mi mesenger, me ha abierto una base de datos y me ha mandado dos 'sms'. Increible. Me ha costado entenderlo, creerlo, y aún no lo he superado. He aprovechado para contarle la nota de prensa de hoy para ver si me escribía de paso la nota, pero no ha colado. El poder de las tecnologías, jeje.

lunes, 17 de marzo de 2008

"El ser humano es extraordinario"





-"El mundo está loco".

-"El mundo está loco".

-"No es cierto".

-"No, el ser humano es extraordinario".

Recojo aquí algunas de las frases que dan sentido al último anuncio de Aquarius. Un ejemplo de buen marketin, de cercanía, de realidad. Porque la realidad siempre supera a la ficción, es algo que vemos todos los días.

Y es que el mundo está loco y, además, el ser humano es extraordinario.

El mundo está loco y se ve cada día al escuchar un informativo, con una mirada rápida a los periódicos. Se nota en las cafeterías a las ocho de la mañana solo con pegar un poco el oído a las conversaciones de la gente que olvidó que el ser humano es extraordinario a fuerza de copas de 'sol y sombra' demasiado madrugadoras. La idea de que el mundo está loco y el ser humano es extraordinario te ataca cualquier noche de sábado en el bar de siempre. ¿Y qué podemos hacer frente a eso? Escucho consejos.

Me gusta la publicidad. Después de unos meses de tentación, rechacé la idea de dedicarme a eso por mi falta de creatividad y algún que otro miedo escénico, pero disfruto viendo anuncios. Anuncios de los buenos.

Como el último de Aquarius. Me fascina. Me conmueve. Me ofrece una dosis efectiva de positivismo, de entusiasmo, de alegría. Me remueve algo por dentro, no sé exactamente qué. Quizá, mi parte de loca.

Esta mañana, de lunes inquieto, tedioso, triste y más cosas que aún no sé digerir, lo he escuchado varias veces, lo he visto atenta buscando esa energía positiva de manera compulsiva durante más de media hora.

La era Aquarius. La historia de unos locos que quieren que el mundo sea feliz. Radio la Colifata demuestra que no hace falta invertar nada para triunfar, porque el mundo está lleno de grandes historias que solo esperan a que alguien las descubra.

Si algún día me vuelvo loca del todo, quiero un micro abierto al mundo, quiero una sonrisa como la de los protagonistas del anuncio, quiero una banda sonora con sentimientos como la que le han puesto.

EL SER HUMANO ES EXTRAORDINARIO

miércoles, 12 de marzo de 2008

Del Madrid o del Barça, así votó España

Con la resaca electoral que se respira forzosamente si trabajas en un ayuntamiento, me enfrento por fin a actualizar este despacho sin puertas. El domingo voté en mi pueblo, donde sigo empadronada para poner mi granito de arena al censo local e impedir que bajemos de los 20.000 habitantes que nos convierten en ciudad media y nos dan el privilegio de contar con Bomberos...

Llegué a mi pueblo para votar convencida de que es un derecho que todos debemos ejercer. Lo hice en familia, en una mesa en la que mi padre actuaba de vocal y acompañada de mi madre y mi guachuza. Era la primera vez que la enana de la casa se enfrentaba a las papeletas verdes, blancas y salmón y se hizo un lío. "Voto porque decís que es un derecho y todas esas cosas, pero no me estoy enterando de nada", me dijo con cara de mosqueo y el dni en la boca. En realidad, no le interesaba nada de nada la campaña que han hecho, no entiende la diferencia que ofrece a su día a día que ganen unos u otros y, como diría ella, "ni falta que me importa". Al final, votó.

Después del análisis de los resultados y sabiendo que todos han ganado, como pasa siempre en este tipo de recuentos, me quedo con la trascendencia local y el análisis que escuché en la radio. Lo hizo el único representante del Partido Andalucista en el Ayuntamiento de Baza. Empezó a hablar en una entrevista radiofónica apresurado y contradictorio. Decía que era reprochable el bipartidismo pero respetaba el voto de todos, arremetió con el sistema electoral pero defendió que fuera el sistema de todos, y así, con todo...

Así, fue avanzando con pasos para adelante y hacia atrás, para terminar con el mejor ejemplo posible, un acierto comunicativo porque cualquier oyente pudo entenderlo. "Lo que pasa en las elecciones es que, al final, todo el mundo es del Madrid o del Barça".

Y así es. Afortunadamente, hay seguidores del Betis y del Sevilla, sufridores del Atletico de Madrid y hinchas del Getafe, futboleros que sufren con las derrotas del Murcia y domingueros que acuden al campo del Málaga soñando con una victoria. Pero al final, frente a un derbi, o eres del Madrid... o del Barça.

lunes, 3 de marzo de 2008

Jugar a ser periodista

'Destrozaba los álbumes familiares para recortar caritas e ilustrar noticias, redactaba las cartas al director contando sus cosas, fustigaba a los suyos haciéndoles entrevistas por los pasillos y confeccionaba periódicos como regalo de cumpleaños. Ella iba para médico, eso no era más que un juego, pero cuando acabó COU se preguntó: "¿Y si nos pasamos la vida jugando?". '
Y así, Olga Viza decidió abandonar su vocación de médico para pasarse la vida jugando a ser periodista, para ganarse la vida jugando a ser periodista. Lo contaba el sábado en la contraportada de El País, en una entrevista provocada por su papel de moderadora del segundo debate entre Zapatero y Rajoy.
La leí después de comerme una ensalada de pasta cortesía de Mendoza y disfruté de las preguntas y, especialmente, de las respuestas de Viza. Me encantó por algunas frases como "mi hermana es sorda y yo me dedico a la comunicación" o "Corremos tanto que no miramos a nuestro lado. Las taras, incluso las estéticas, están penadas".
Pero, de todas las frases, me quedo con la del principio, con ese decidido "¿Y si nos pasamos la vida jugando?" porque es un placer que pocos podemos disfrutar y que todo el mundo merece. El placer de ganarte la vida y pagar el euribor de la hipoteca haciendo lo que más te gusta.
El miércoles pasado, antes de irme de acueducto, estuve en el instituto Jiménez Montoya de Baza charlando con un grupo de alumnos de 3º de la ESO sobre lo que significa ser periodista. Me fui de mi despacho sin puertas con el objetivo claro de recomendarles que estudiaran cualquier otra carrera, pero luego no fui capaz. Solo les avisé de que ser periodista no significa ganar lo que gana Gabilondo -ni contar con su credibilidad-, les hablé de la falta de horarios, de la esclavitud que conlleva tomarle el pulso a la actualidad, de los bajos sueldos y las condiciones precarias.
Pero también les conté que, al menos para mí, es la profesión más bonita del mundo. Y todo, por eso que contaba Olga Viza, porque es un privilegio 'jugar' toda la vida a lo que te gusta. Porque mi padre quería que estudiara Derecho pero me dejó convertirme en 'plumilla', porque a pesar de los malos ratos, no me imagino haciendo otra cosa y, especialmente, porque disfruto como una enana con el vicio de contar a la gente las historias de la gente.
El mundo está lleno de arquitectos que sueñan cada noche con ser el cantante que llena el aforo de un campo de fútbol, de químicos adictos a las series de médicos porque no se atrevieron a enfrentarse al MIR, de maestros que no quisieron engordar las listas de filósofos en paro y de empresarios con veinte master que no estudiaron arte dramático porque sus padres pensaban que no era una carrera 'seria'. Yo soy periodista porque jugaba a serlo de pequeña, porque me dejaron serlo de mayor y porque quiero serlo toda la vida.
Hablé de periodismo con los chavales porque ahora van a tener el placer y la responsabilidad de jugar a esta profesión. Lo harán de la mano del periodico quincenal Comarca de Baza Información, que les cede una página en cada número para que se acostumbren a leer y valoren la información puntual que ofrecen los periódicos. El reto: hacer, solitos, un periódico completo antes de final de curso. Igual, para entonces, alguno de esos chavales con cara de aburridos a los que hablé -junto al director del periódico, Juan José Tudela-, decida después de esta aventura jugar a esto el resto de su vida. Si es así, suerte. Paciencia y buen juego.