lunes, 3 de marzo de 2008

Jugar a ser periodista

'Destrozaba los álbumes familiares para recortar caritas e ilustrar noticias, redactaba las cartas al director contando sus cosas, fustigaba a los suyos haciéndoles entrevistas por los pasillos y confeccionaba periódicos como regalo de cumpleaños. Ella iba para médico, eso no era más que un juego, pero cuando acabó COU se preguntó: "¿Y si nos pasamos la vida jugando?". '
Y así, Olga Viza decidió abandonar su vocación de médico para pasarse la vida jugando a ser periodista, para ganarse la vida jugando a ser periodista. Lo contaba el sábado en la contraportada de El País, en una entrevista provocada por su papel de moderadora del segundo debate entre Zapatero y Rajoy.
La leí después de comerme una ensalada de pasta cortesía de Mendoza y disfruté de las preguntas y, especialmente, de las respuestas de Viza. Me encantó por algunas frases como "mi hermana es sorda y yo me dedico a la comunicación" o "Corremos tanto que no miramos a nuestro lado. Las taras, incluso las estéticas, están penadas".
Pero, de todas las frases, me quedo con la del principio, con ese decidido "¿Y si nos pasamos la vida jugando?" porque es un placer que pocos podemos disfrutar y que todo el mundo merece. El placer de ganarte la vida y pagar el euribor de la hipoteca haciendo lo que más te gusta.
El miércoles pasado, antes de irme de acueducto, estuve en el instituto Jiménez Montoya de Baza charlando con un grupo de alumnos de 3º de la ESO sobre lo que significa ser periodista. Me fui de mi despacho sin puertas con el objetivo claro de recomendarles que estudiaran cualquier otra carrera, pero luego no fui capaz. Solo les avisé de que ser periodista no significa ganar lo que gana Gabilondo -ni contar con su credibilidad-, les hablé de la falta de horarios, de la esclavitud que conlleva tomarle el pulso a la actualidad, de los bajos sueldos y las condiciones precarias.
Pero también les conté que, al menos para mí, es la profesión más bonita del mundo. Y todo, por eso que contaba Olga Viza, porque es un privilegio 'jugar' toda la vida a lo que te gusta. Porque mi padre quería que estudiara Derecho pero me dejó convertirme en 'plumilla', porque a pesar de los malos ratos, no me imagino haciendo otra cosa y, especialmente, porque disfruto como una enana con el vicio de contar a la gente las historias de la gente.
El mundo está lleno de arquitectos que sueñan cada noche con ser el cantante que llena el aforo de un campo de fútbol, de químicos adictos a las series de médicos porque no se atrevieron a enfrentarse al MIR, de maestros que no quisieron engordar las listas de filósofos en paro y de empresarios con veinte master que no estudiaron arte dramático porque sus padres pensaban que no era una carrera 'seria'. Yo soy periodista porque jugaba a serlo de pequeña, porque me dejaron serlo de mayor y porque quiero serlo toda la vida.
Hablé de periodismo con los chavales porque ahora van a tener el placer y la responsabilidad de jugar a esta profesión. Lo harán de la mano del periodico quincenal Comarca de Baza Información, que les cede una página en cada número para que se acostumbren a leer y valoren la información puntual que ofrecen los periódicos. El reto: hacer, solitos, un periódico completo antes de final de curso. Igual, para entonces, alguno de esos chavales con cara de aburridos a los que hablé -junto al director del periódico, Juan José Tudela-, decida después de esta aventura jugar a esto el resto de su vida. Si es así, suerte. Paciencia y buen juego.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡Bingo!!!

A jugar se ha dicho...

¡Gran post!

María Ruiz dijo...

Creo que lo que hace bonito el periodismo, juguemos donde juguemos y el tiempo que nos dejen, es lo mucho que disfrutamos aunque siempre nos quejemos de algo.
Un placer saber que pasas por aquí, Paco. Y un abrazo

Rocío Mendoza dijo...

Todo eso se resumen en una palabra: Vocación. Quien la tiene, está condenado. Esta profesión no es un modo de ganarse la vida, es una manera de entenderla y emprenderla. Lo dice alguien que se marcó una entrevista a doble página (con ilustraciones propias incluidas)con Cristóbal Colón con 11años para un trabajo del colegio en el que pedían que contase algún capítulo de la historia del descubrimiento de América. De alguien que no podía dormir en la carrera pensando que acabaría de cajera en un supermercado por mis escasos (por no decir nulos) contactos en el mundillo. De alguien que ya no sabe hacer otra cosa que contar historias y que a pesar de los pesares da gracias todos los días por poder ejercer esta profesión, con todas sus malditas miserias.
Me ha gustado mucho el post, Ruiz. Queríamos serlo, lo somos y lo seremos.

María Ruiz dijo...

Lo somos y lo seremos, porque ya no sabemos hacer otra cosa. La forma de juego es lo de menos, nos gusta jugar y, además, nos pagan por hacerlo. ¡Si es que nos quejamos de vicio!!! bsos mendo