lunes, 7 de abril de 2008

De esos días tontos


Detrás de la barra de un bar al que iba antes cada día a desayunar lo decía bien clarito: 'Hoy puede ser un gran día, seguro que viene alguien y te lo jode'.

Puede venir una persona. Y entonces, respiras profundamente y dejas que las aguas vuelvan a su cauce. Luego llega un segundo intento de tocar la moral y piensas: '¿Para qué vas a mosquearte, María, si esta guerra no va contigo?'. Pero como el que la sigue la consigue, lo dejo claro: Tengo un día tonto, estoy hasta las mismísimas narices. Me jodieron el lunes, y aún queda mucha jornada por delante.

Me han jodido el día los que no se quieren, los que se quieren demasiado, los que no saben querer a nadie, los que no entienden que puedas querer a otro, los que no comparten que se pueda querer a más de uno y los que, directamente, no te dejan quererte, quererles ni querer a nadie... Y aunque parezca un anuncio de Coca-Cola o el día de San Valentín, todo este 'querer' que me ha jodido el día responde a cuestiones laborales.

Termino con los tres refranes que me ha dejado el día, queriendo o por casualidad:

Al que cuece y amasa, de to' le pasa
Donde antes hubo polvo, ahora hay fango
Es que no se puede querer tetas y sopas

Y el que me falta: 'Esto también pasará'

Lo bueno de estos días es que, por malos que sean, duran como mucho 24 horas.

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