miércoles, 30 de abril de 2008

Los colores de la gente



Me pasa de toda la vida aunque no siempre he sido capaz entenderlo. Mucho menos, aún me cuesta, he podido explicarlo. Aunque tiene un resumen sencillo: veo a la gente de colores.


Este cruce de cables del cerebro se llama científicamente 'Sinestesia' y también se produce al consumir ciertas sustancias como LSD. Lo aclaro, a mí me pasa sin necesidad de invertir en nada. Se supone que algo dentro de mi cerebro funciona nada más que regular y hace que se confundan sensaciones y se entremezclen los sentidos.


Así, veo a la gente de colores. El efecto no es exactamente el de la foto, pero ha sido lo más aproximado que he podido hacer con el Photoshop. Cuando conozco a alguien lo veo normal. Pero tal cual lo veo, me lo presentan y le pierdo de vista, se me olvida. Soy incapaz de recordar a alguien a quien no haya asignado un color determinado y, además, tengo miles y miles de tonalidades distintas.


El proceso es el siguiente. Te conozco, no me importas, te olvido. Te conozco, te sigo viendo, te asigno un color y te recuerdo para siempre. Y por último, está la opción: te conozco, te asigno un color, te recuerdo, te tomo cariño y empiezo a verte como persona, sin necesidad de que seas ese azul oscuro tirando a negro con matices de mar alborotado.


Dicen los expertos que no representa un problema, que muchos genios han visto su música de colores, han pintado los cuadros que les inspiraban los sabores, relacionan palabras o sentimientos con un determinado color o textura...


Pero mi sinestesia me convierte en una 'aborrecía'. Entre mis despistes, la miopía y la sinestesia, paso por las calles sin saludar a gente que se supone conozco, pero que sigue siendo incolora para mí. Y ellos, que no me entienden, sólo piensan que soy estúpida.


Hay gente que ve la vida color de rosa, personas que miran cada día con un tono gris triste, bebedores que piensan en verde, latidos mañaneros en rojo pasión, noches doradas y amaneceres naranjas. Yo lo tengo todo, esos tonos y mucho más.


Soy rarita, que le vamos a hacer.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Y tú de qué color te ves?

Fdo: Mendo curiosona.

María Ruiz dijo...

Procuro no mirarme mucho en los espejos, que se le va a hacer. Aunque imagino que ya soy incapaz de darme cuenta de eso conmigo, me voy reconociendo.
¿imaginas tu color? je je. facilito.

Rocío Mendoza dijo...

facilísimooooooo jajajajjaa

pepote dijo...

de que color me ves a mi?
yo a ti de uno muy luminoso,he tenido que leerte con gafas de sol.
me gustas.

María Ruiz dijo...

Pues pepote, no sé si te veo de algún color. Para eso, te tengo que conocer lo justo, ni mucho, que entonces ya te asocio a un nombre; ni poco, que no es suficiente para darte un color.
Y gracias por verme 'luminosa'