Venga, otra contra la melancolía.
Nos quejamos de vicio, casi a todas horas. Buscamos excusas para juntarnos con los amigos, para compartir buenos ratos con los compañeros, para comer con esa parte de la familia con la que no vivimos. Nos quejamos de la crisis y comemos todos los días, protestamos por las resacas sin pensar lo bien que lo pasamos la noche anterior, refunfuñamos por el horario laboral sin pensar que tenemos un trabajo (CON LA CRISIS QUE HAY, MADRE MIA)...
Yo soy la primera, lo reconozco. Me quejo de los madrugones, de que nadie me quiere (sniff, sniff...), de Sevilla y de las clases de periodismo que alguno que otro ha olvidado con el tiempo.
TONTERÍAS.
Las mías, las tuyas, las del vecino que baja la persiana cada vez que me siento en el ordenador, las de fulanico y menganico.
Y quizá hoy no haya sido el día perfecto, quizá las cosas no salieron según lo previsto, quizá los sueños no sean más que eso, sueños. Quizás, quizás, quizás. Pero no importa, porque lo bueno de un mal día es que dura como máximo 24 horas. Igual que los buenos.
Por eso, brindo por el optimismo, por los días que vendrán, que serán incluso mejores. Brindo por tí y por mí, por la frase de abuela de "y el que no te quiera que se muera", por...
Bueno, o porque por fin he mandado las fotos que prometí enviar a finales de agosto (que grandes vacaciones, que bonito es Lugo, y las pizzas servidas a deshora, y los 'llintonic' treinteañeros y su muralla, y su tapa doble, y sus bares, y los caballos por la carretera y sus meigas...).
Ale, Pavli, ya he cumplido. Brindo por ello. Bsos.

PD: Sé que te jode que ponga una foto tuya pero era sólo por brindar de nuevo contigo y por las veces que prometes llamar y no mandas ni un sms de llamame....
PD2: (ASÍ NO ME QUITO LA FAMA DE BORRACHA. EN FIN)