miércoles, 21 de enero de 2009

Una de años, novios y zapatos


Con el paso de los años, la cuestión 'novios' se ha convertido en un tema recurrido. No me refiero a una charla distendida con los amigos sobre la última conquista o similar (que también, pa que vamos a negarlo). En realidad, me refiero a esos odiosos interrogatorios sobre el momento oportuno que vas a elegir para echarte un novio formal que inician las abuelas -al menos, en mi caso-, y a los que se suman con más velocidad que un pelotazo de Nadal el resto de familiares.


Yo hace ya años que gané a mi madre como aliada en los ataque familiares del tipo: ¿Nunca vas a tener un novio formal? ¿Tienes algún problema emocional? ¿No crees que ya se te está pasando el arroz? ¡Tú cuentanos que vamos a aceptar lo que traigas! En fin, sin comentarios. Mi madre siempre responde algo como un '¡dejala, que ella está muy bien como está, ¿no ves que es muy independiente?'. También sin comentarios.


Supongo que esto me pasa porque mis primos pequeños ya han llevado a sus novias a casa y me sacan un poco de delantera y porque, siguiendo la estricta norma de mi abuela paterna y atendiendo a la edad, soy la siguiente en concertar fecha para la boda.


Y siempre queda repetir la frase manida y conformista del 'lo que tenga que pasar, pasará', el 'no ha llegado tu momento' o el 'ya encontrarás a la persona perfecta'. Ayer, paseando por la internete y gracias a un correo de mi Nico -muchos besos prenda-, encontré la mejor teoría, la respuesta perfecta, la explicación adecuada.


Para no repetirme y porque ella lo explicó tan bien que no me creo capaz de superar la teoría de los novios y los zapatos, os dejo el enlace:





Y para cualquier duda, mi foto.


PD: Bienvenida Nico. Te seguiré desde aquí.

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