martes, 23 de septiembre de 2008

Lo bueno y lo malo


Hay días como el de hoy que amanecen nublados pero con la expectativa de acabar mejor de lo que empezaron. En esta ciudad, como en media España, llueve aunque sin ganas para celebrar que ya ha llegado el otoño. Una estación que suena a triste pero que ofrece un reguero de colores maravillosos.


En jornadas como la de hoy, el café me sabe un pelín más amargo y, además, activa mi mala leche -desnatada y fría, pero mala leche-. Y todo, porque descubrir que tienes más enemigos de los que pensabas jode. Pasajeramente, pero jode.


En momentos como este, me acuerdo de una de esas frases que te suelta el jefe un día de bajón: "si todos te critican, algo estarás haciendo bien". Vivo uno de esos momentos en los que todo el mundo opina de lo que has hecho, lo que has dejado por hacer, los logros, los fallos, las pausas... Y es mentira que de los 'muertos' siempre se hable bien. Hay gente que los mata antes de que les toque soltar su último aliento.


Y como ni me apetece ni merece la pena hablar de los que me critican, hablaré de la gente que hace que las cosas merezcan la pena. Como Ricardo.


Llegó un verano a este 'bendito' ayuntamiento con preguntas de las problemáticas que soltaba en mitad de una rueda de prensa. En su mirada se nota que es bueno, que no te soltaría nunca una puñalada trapera. Pegado siempre a su cámara de fotos, nos hemos encontrado en plazas, partidos de fútbol, cafeterías y mañanas laborales.


Me escribe correos desde sus tierras catalanas deseando volver a Baza, siente pasión por este pueblo rancio repleto de gente buena al que, a veces, llamo 'mi pueblo' con traición a Guadix y sin querer. Fue pregonero durante la Feria 2007 y en un café laboral para hacerle una entrevista, logró un hueco en mi corazón. Es más de lo que han hecho muchos de los que están aquí todos los días.


Ha vuelto a sus clases en su otra tierra sin que nos demos un abrazo porque, igual que a mí, no le gustan las despedidas. Fue el primero en hacerme sentir nostalgia de algo, no sé de qué, pero me removió por dentro. "Todo el mundo dice las cosas malas y creo que también hay que decir las buenas", me soltó en un café rápido y con interrupciones.


Porque sé que te hablan mal de mí y, a pesar de eso, me defiendes. Porque volveré a tomar café contigo, a pesar de lo que venga. Porque me debes unas fotos de tu exposición, que no lo he olvidado. Porque te voy a seguir siempre. Por las despedidas que no nos gustan y porque aún tenemos una comida pendiente. Sé feliz, yo me esforzaré en hacer lo mismo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No me creo que nadie te haya dado por muerta cuando lo que has demostrado es ser muy viva.
Hace mucho que te querias ir y no has parado hasta trepar.
No esta mal pero no lo expliques como si fuera un sacrificio.
Hay personillas que se ven muy grandes y se crean un blog a medida mas te falta ser creida por los que no estan en lo que llamas lo bueno, como juez del averno.
De lo malo lo peor es ser una mentirosa como tu.